Tantas veces en mi vida he buscado la perfección o por lo menos he vivido con una imagen de lo perfecto como guia para trazarme el camino hacia lo "muy bueno" o lo "excelente" en mi trabajo, mis relaciones, mis hobbies, incluso mis momentos de placer. La he buscado tanto que se volvió un automatico para mi, un ideal imaginario con base en el cual he vivido y he triunfado muchisimas veces, una utopia que aunque en la mayoría de las veces no he alcanzado, me ha empujado al exito, una y otra vez. Porque cuestionar entonces ese ideal de perfección?
La herejia esta en que la perfección mata el compromiso. Así como muchas veces he logrado triunfos en mi camino, muchas otras he cambiado de rumbo y he roto compromisos porque distaban de ser esa utopia que solo yo me habia inventado. Nos comprometemos a algo porque ese algo o alguien nos inspira compromiso, nos llama, nos fascina, nos apasiona. Nos comprometemos con lo que nos enamora y todo empieza desde ese fuego inicial que nos consume, todo arranca bien.
Y entonces algo pasa, algo pequeño que dista un poco o mucho de ese ideal que tenemos trazado, una decepción. Y mas adelante pasa otra cosa, la vida no se parece a lo que habiamos soñado, la persona no es lo que habiamos imaginado, el trabajo trajo algo inesperado, la relación, la persona, la situacion, no es perfecta... aghh...
Nos caemos. Se nos rompe el pedestal y solo queda la frustración. Comparamos el ideal con la realidad y la inspiración se pierde y con ella el compromiso. Cambiamos de trabajo, renunciamos al gimnasio, nos separamos de nuestra pareja. La perfección es el fin del compromiso.
La idea radical aqui es: que tal si nos comprometemos y lo que nos inspira es el compromiso mismo. No hay ideales, no hay perfección, solo compromiso. Si algo sucede no tenemos ideal para comparar, lo unico que tenemos presente es el compromiso. Si levantamos la cabeza no vemos perfección, utopia, ideal, lo que vemos es compromiso.
Y en el compromiso continuamos!